Thursday, March 17, 2011

JUNTOS, FERTILIDAD Y BECKER por Juan M. Cayo

Acabo de leer perplejo la noticia que “Juntos evalúa dar dinero de acuerdo al número de hijos”. Como se recordará, Juntos es un programa de alivio a la pobreza que se creó durante el gobierno de Toledo y que transfiere 100 soles mensuales a cada familia pobre que participa en el programa pero que es condicional a que los hijos vayan al colegio, que se vacunen en la posta, que la madre se someta a controles pre-natales, etc. Es decir, existe una serie de condiciones que la familia tiene que cumplir para hacerse acreedor al apoyo de 100 soles por mes. Por eso, este tipo de programa se llama “transferencias condicionadas de dinero” (conditional cash transfers). No fue una invención peruana, sino más bien se imitó la experiencia exitosa de México (Oportunidades) y Brasil (Bolsa Familia), contando además con el apoyo del Banco Mundial que considera estos programas como muy efectivos para aliviar situaciones de extrema pobreza. Mi perplejidad surge porque pareciera que en el Perú no hemos aprendido nada de décadas de estudios que relacionan la economía y la fertilidad.
Hace 200 años, Robert Malthus (pensador y académico británico) sostenía que incrementos en el ingreso de los pueblos venían acompañados de mayor fertilidad, pero que el crecimiento poblacional generado por la mayor fertilidad erosionaba el bienestar y la productividad de la mano de obra, y por tanto, las políticas sociales que promovían la fertilidad contribuían al empobrecimiento.
El gran Gary Becker (premio Nobel de Economía 1992) escribió un artículo seminal en 1960 (y luego muchos otros más en las siguientes tres décadas) en el cual aplicaba las herramientas de la microeconomía neoclásica para reconciliar la proposición Malthusiana de que el mayor ingreso tiende a estimular la fertilidad y el hecho de que el incremento de ingresos en los países industrializados había venido acompañado de una tendencia marcadamente declinante en la tasa de fertilidad y que el tamaño de las familias estaba inversamente asociado a diferenciales de ingresos en los países industrializados. Aplicando teoría del consumidor mostraba como estos cambios en la fertilidad podían explicarse por variaciones en el ingreso y por variaciones en el “precio” o costo de oportunidad de los hijos.
El “precio” de los hijos no es otra cosa que lo que cuesta criarlos, educarlos, alimentarlos, etc. Mientras más alto sea este costo, menor será la demanda por hijos y por tanto, menor la fertilidad (es decir, menos hijos por familia). Una manera importante como el “precio” o costo de oportunidad de criar hijos sube es elevando los sueldos de las mujeres, pues le va a resultar más caro renunciar a tales ingresos para dedicarse a la crianza de los hijos. Becker explicaba de esta manera cómo, con el masivo ingreso de la mujer el mercado laboral en la post-guerra, las  mujeres europeas y en EEUU estaban retrasando la maternidad varios años y reduciendo el número de hijos.
Si comparamos el perfil de las mujeres en Europa con el de las mujeres pobres en América Latina o Africa, veremos que las mujeres europeas no solo tienen menos hijos sino que tienen su primer hijo bien entrados los 20’s y hasta en los 30’s, mientras que entre las mujeres pobres la maternidad empieza en la adolescencia. ¿Por qué? Becker diría porque como las mujeres europeas están educadas y tienen alternativas laborales bien remuneradas, el costo de cada hijo es muy alto. En cambio, las mujeres pobres que son en un alto porcentaje iletradas y que tienen una productividad muy baja, no tienen mayor costo de oportunidad en la maternidad. Por el contrario, mientras más hijos tengan es mayor la probabilidad de que los hijos colaboren con el ingreso familiar trabajando desde niños (en el campo o incluso mendigando).
Becker además postulaba que las opciones de “cantidad de hijos” vs. “calidad de hijos” eran bienes sustitutos y, por tanto, si sube el precio de los hijos se iba a preferir buscar “calidad” antes que “cantidad”. De manera que la elasticidad-ingreso de la demanda por calidad es mayor que la elasticidad-precio de la demanda por cantidad. Esto explica la paradoja de que la cantidad de hijos se reduce cuando el ingreso aumenta, sin tener que deducir que los hijos son necesariamente un “bien inferior” (o sea que cuando sube el ingreso familiar, se reduce su demanda).
Regresando a Juntos…la fertilidad no es una casualidad, ni obra del Espíritu Santo. La fertilidad es una decisión que como cualquier otra decisión está condicionada por consideraciones económicas, expectativas, preferencias, etc. Las mujeres pobres del Perú ya parten con condiciones económicas que las hace propensas a familias grandes: un bajísimo costo del oportunidad – o “precio bajísimo” de los hijos como diría Becker. Si encima de esto, le vamos a dar más plata a través de Juntos si tienen más hijos, entonces vamos a dar el incentivo para que incrementen su fertilidad y se empobrezcan más. Es decir, un total despropósito.
Un corolario importante en toda esta teoría económica de la fertilidad es que el mejor método para control de la natalidad no es ni repartir condones en los colegios ni campañas masivas de esterilización. El mejor método es educar a las mujeres pobres.

6 comments:

  1. Anoche una amiga del Banco Mundial me explicaba que lo que Juntos quería hacer era diferenciar el aporte por el número de hijos pero sólo para las familias ya registradas, de manera que no se fomentaba la fertilidad pues hijos que nacieran después del registro ya no se beneficiarían con el bono adicional. Si bien esto, efectivamente limita el incentivo perverso para las familias ya registradas, tal incentivo todavía existe para los cientos de miles de familias que están en “lista de espera”, a las cuales se seguirá premiando la mayor fertilidad. Actualmente Juntos llega a 646 distritos y planean llegar a 1,151 distritos, los cuales ya están identificados y hasta tienen un orden de prioridad para ir accediendo al programa. De manera que para ese 40% de familias beneficiadas en el futuro, el incentivo a la fertilidad sí estaría presente. Creo que hay aspectos mucho más urgentes que mejorar en el programa Juntos, antes que ponerse imaginativo con bonos diferenciados que no solo premian la fertilidad sino que además complican el sistema de monitoreo y control.

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  2. La preocupación sobre si los programas sociales como Juntos en Perú, Oportunidades en Méjico, y Bolsa familia en Brasil tienden a fomentar la fertilidad es bastante válida. Por suerte esta pregunta ya ha sido estudiada en los últimos años por muchos economistas expertos en evaluaciones de programas sociales (usando métodos rigurosos). En lo personal acepto tu preocupación desde el punto de vista intuitivo y también acepto que la educación es uno de los canales principales para ayudar a las mujeres pobres. Uno puede imaginarse que los incentivos de las familias pobres que conocen las reglas del programa y que serán eventualmente incorporadas quieran tener más hijos antes de ser registradas. Pero este fenómeno solo tiene sentido en el muy corto plazo; afortunadamente los potenciales efectos perversos disminuyen o se eliminan del todo en el mediano y largo plazo, los cuales creo yo son bastante más importantes.
    En resumen, la evidencia mundial muestra que las familias beneficiadas no tienen una taza de fertilidad más alta que las familias no beneficiadas. Solo en una instancia (en un programa en Honduras) hubo incrementos significativos en fertilidad atribuidos al programa, aunque solo en el corto plazo. La razón indicada en ese caso fue una falla en el diseño que permitía que las familias incluyan hijos después que habían sido inscritos en el programa.
    Aunque suene contra intuitivo, la evidencia del impacto de programas sociales de este tipo en la fertilidad (o espaciamiento entre hijos) muestra que estos programas pueden disminuir la fertilidad. Hay muchas razones dadas en la literatura del por qué pero resaltaré un par en mi respuesta. Un estudio de una colega del Banco (Laura Rawlings) bastante respetada muestra que las mejoras en ingreso en el hogar, y en manos de las madres, complementadas con las mejoras en capital humano—educación y salud—de los niños participantes conlleva a que las madres se sientan más empoderadas para realizar sus preferencias en fertilidad. Como economistas es a veces difícil aceptar que el empoderamiento de las mujeres—algo difícilmente medible—tiene un impacto suficientemente fuerte como para contrarrestar ciertas normas culturales. Pero la evidencia muestra que el impacto de estos programas va más allá de mejorar la educación, salud y nutrición de niños. Los efectos de “spillover” más importantes son que las madres al acudir al centro de salud regularmente están más expuestas a información de contraceptivos y a recursos que indirectamente les ayuda a tomar mejores decisiones.
    Volviendo a la teoría económica y los trabajos seminales de Becker, y Becker y Lewis en los 60s y 70s, uno ve que las familias maximizan la utilidad de hijos en base no solo a la cantidad sino la calidad de los hijos. Pero nuevas teorías muestran que esos modelos estáticos no son apropiados al estudias esta pregunta. En contextos dinámicos como los de un programa social como Juntos donde hay un incremento de capital humano (que afecta la calidad de los hijos positivamente) e incremento de ingreso conllevan a que las familias se adapten constantemente a su nueva realidad y re-optimicen.

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  3. Yo no discuto la evidencia de que Juntos - hasta hoy - no ha tenido impacto sobre la tasa de fertilidad. Seguramente no lo ha tenido, y es porque no hace diferencias por el número de hijos. Pero introducir un bono diferenciado por número de hijos puede afectar la tasa de fertilidad de los próximos (futuros) ingresantes al programa. Qué dice la evidencia internacional con respecto a programas diferenciados?

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  4. Toda la evidencia a la que me refiero es de programas--Méjico, Nicaragua, Brasil etc-- con diseño diferenciado! Mi punto es que en el muy corto plazo "pre-programa" puede haber un efecto de fertilidad positivo pero los impactos en las familias—especialmente madres e hij@s--del programa en dimensiones tan importantes como capital humano, empoderamiento, información etc. en el mediano y largo plazo son tales que revierten ese efecto y hasta disminuyen la fertilidad....

    Hay otras críticas de estos programas (por ejemplo los incentivos de graduación, fungibilidad del uso del ingreso etc.) que todavía no tan sido suficientemente estudiados. Quizás ataca a estos programas por ese lado e inspira más investigación sobre esos puntos.

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  5. Muy interesante el comentario de Ximena. Coincido que el tema del "spillover", capacitación por goteo en las postas; puede ser muy importante. Esto, junto al indudable empoderamiento de las mujeres, podría tener el efecto deseado sobre la tasa de natalidad no planeada o no deseada. Evidentemente, esto se podría reforzar con la introducción de incentivos económicos para la adopción de métodos reversibles de control de la natalidad, tipo T de cobre.

    La verdad, que considero que este tipo de características son más importantes que el incentivo económico a tener más hijos por tamaño de bono (que si nos queremos poner economicistas, tendrían el efecto no deseado si es que el aumento en el bono por hijo adicional es mayor que el costo neto del hijo adicional, lo cual dudo).

    Finamente, un recomendación: No se refieran tanto a artículos semenales al momento de hablar de fertilidad, que puede tener efectos contraproducentes, sobre todo si hay spill overs...

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