Tuesday, April 26, 2011

LOS “ESPIRITUS ANIMALES” Y LA ECONOMIA PERUANA POST 5 DE JUNIO por Juan M. Cayo

Cuando Keynes escribió su famosa Teoría General en 1936, puso en el medio de su explicación de la depresión de los 30’s no solo razones económicas, sino también sostuvo que la mayor parte de la actividad económica estaba gobernada por razones no económicas, que llamó “espíritus animales” y que determinan las causas por las cuales las economías fluctúan de la manera que lo hacen.
Los macroeconomistas siguen intrigados (aún hoy) acerca de cuáles son los determinantes de los booms y las recesiones, pues mucho de ello proviene de factores extraeconómicos, que más incumben al terreno de la psicología que a la propia economía.  De hecho, la teoría económica ha tenido tradicionalmente dificultades para formalizar el concepto de “espíritus animales” en sus propios términos, de manera que básicamente los han dejado de lado en los modelos.
“Espíritus animales” (EA) es mucho más que estado de ánimo o expectativas. Como señalan Akerlof y Shiller en un interesantísimo libro reciente (“Animal Spirits” por Akerlof & Shiller, 2009), los EA abarcan hasta 5 distintas categorías o aspectos: confianza, justicia, corrupción, ilusión monetaria e historias (ver más abajo al respecto de esto último). Pero confianza es, sin duda,  el elemento central de los EA. El elemento de feedback entre la confianza y la economía es la que amplifica las perturbaciones.
Keynes introdujo la noción de multiplicador para mostrar cómo el gasto público o la propia inversión pueden tener efectos amplificadores en la economía. De igual manera, se puede pensar en un “multiplicador de la confianza”, por el cual en un ambiente de confianza y optimismo la inversión atrae más inversión y mayor crecimiento en una especie de círculo virtuoso. Análogamente, un clima de desconfianza y pesimismo retroalimenta mayores caídas en la inversión y el producto. Ningún modelo teórico puede predecir acertadamente la evolución de la inversión privada, pues esta no responde exclusivamente a decisiones racionales o mecánicas (como mirar el VPN o la TIR de los proyectos en escenarios probabilísticos) como se sigue enseñando en los MBAs y los cursos de Economía. La inversión tiene un alto componente de factores psicológicos. Se invierte con el estómago o con las agallas (guts como dicen los gringos).
La inversión privada es el componente más volátil de la demanda agregada. Como se muestra en el grafico adjunto, la inversión privada sigue la evolución del producto pero con mucha mayor volatilidad, amplificando las variaciones del producto. En cuatro de los últimos cinco años, la tasa de crecimiento de la inversión privada ha superado el 20% de crecimiento anual. Esto explica en buena parte las altas tasas de crecimiento de tiempos recientes.

Un amigo que trabaja en un banco comercial me comentaba el fin de semana que la demanda por créditos hipotecarios y hasta vehiculares se han secado totalmente en el Perú. Todo el mundo parece estar esperando el desenlace de las elecciones del 5 de junio para decidir si comprar una propiedad o hacer una inversión.
Quien gane las elecciones tendrá que ser extremadamente cuidadoso en no despertar dudas o inseguridad frente a la inversión privada. Cualquier señal confusa o que se interprete como anti-inversión privada puede tener efectos desastrosos sobre el flujo de inversiones. Una ola de optimismo como la de los últimos años puede convertirse en una ola de pesimismo en un santiamén. Un par de acciones torpes al inicio del próximo gobierno y la sequía de inversiones privadas (nacionales y extranjeras)  puede ser inmediata y prolongada.
Si algo ha demostrado la reciente elección es la extrema volatilidad de los ánimos y expectativas de los peruanos. El peruano ha mostrado que pasa del entusiasmo al pesimismo y de la algarabía a la consternación con rapidez asombrosa. Las malas noticias vuelan ahora más que nunca gracias a las comunicaciones, las redes sociales y a la famosa “radio bemba”. Nuestro sentido de la realidad, donde estamos parados y que hacemos como país, está muy influido por las historias de nuestras vidas y las historias de los demás. El agregado de estas “historias”  juega un papel preponderante en la economía (otro de los elementos resaltados por Akerlof & Shiller). Una mala señal por parte del gobierno y  ésta se refleja inmediatamente no sólo en el terminal Bloomberg de los centros de toma de decisiones en Nueva York, Tokio, Madrid, Sao Paulo o Seúl; sino también en la “historia” nacional y el ánimo general de la población.
Mucho cuidado señor(a) futuro(a) Presidente con jugar con fuego…

7 comments:

  1. Buen post. Una pregunta: con la "Humalización" de Keiko (ahora propone pensión65, impuesto a las sobreganancias, ser la "Lula" peruana, etc.) supongo que los inversionistas ya internalizaron que gane quien gane la política económica será la que propone Gana Perú. En este escenario ya no es relevante el factor "modelo económico" o si?

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  2. Javier: podemos discutir ad infinitum acerca de si la “humalización” de Keiko y la “pasteurización” de Humala son reales o mera pose electorera. En cualquier caso, son puras elucubraciones. Lo real será la verdadera cara que muestre quien sea Presidente en su discurso el próximo 28 de julio. Eso sentará el rumbo en materia económica para el próximo quinquenio. Solo entonces sabremos quién es qué. Lo que está en juego es una parte sustancial de ese 19% del PBI que hoy representa la inversión privada.

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  3. Hay propuestas que son atractivas para ganar votos, pero que al final se pueden implementar con variantes e incluso no implementar, como varias de las hizo Alan García para ganar, el problema tiene que ver mucho con la percepción de los agentes y la visión que en realidad tienen interiorizada los candidatos.

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  4. Buen artículo Juan Miguel.
    Estoy seguro que gane quien gane generará no una ola de pesimismo u optimismo, sino un Tsunami!
    "Mucho cuidado señor(a) presidente(a)con jugar con fuego..." o con agua! Glup!

    http://www.calderondelabruja.com

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