El Poder Ejecutivo acaba de publicar un decreto de urgencia que suspende la actualización y publicación de las bandas de precios de los productos incluidos en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). De esta forma, el Gobierno dejó en suspenso el incremento del precio de los combustibles que había sido anunciado hasta el último jueves de abril (es decir, luego de las elecciones presidenciales), fecha en la cual Osinergmin determinará un nuevo aumento en función del comportamiento de los precios internacionales del petróleo. Como se recuerda, el organismo regulador fija cada dos meses las bandas del FEPC, los que a su vez determinan el subsidio que realiza el Estado a las refinerías y los incrementos de precios a los consumidores finales.
Esta es la primera reacción – creo desesperada - ante la intempestiva subida del precio internacional del crudo y que afecta sensiblemente a los peruanos en la medida que: (i) los precios internos de los combustibles están ligados a los precios internacionales y (ii) el Perú es deficitario en hidrocarburos y requiere importar crudo y derivados. Pero hagamos un poco de historia...
La idea original del fondo de estabilización para combustibles fue de mi buen amigo Jaime Fernández-Cuesta, quien en esa época se desempeñaba como gerente comercial de Repsol. Cuando me contó su idea de un fondo de estabilización con créditos y débitos en una cuenta “virtual” y donde los precios siguieran siendo libres (como manda la Ley General de Hidrocarburos) pero con bandas establecidas en base a precios de referencia internacionales y no sobre precios efectivos (de esa manera se deja incólume la libertad de fijar precios por oferta y demanda), me pareció fantástica y sumamente original. El ministro Quijandría compró rápidamente la idea y nos pusimos a trabajar en el mecanismo en el Ministerio de Energía y Minas contando con la invalorable ayuda legal de Sandro Fuentes. Una vez que armamos el mecanismo técnico y legal del Fondo fuimos a presentarlo al MEF, una tarde de setiembre del 2004. Como era de esperarse, los técnicos del MEF - Fernando Zavala, Carmen Negrón, Waldo Mendoza, etc.- rechazaron tajantemente la idea, pero nosotros insistimos. En una recordada reunión en “la bolichera” del MEF expusimos el mecanismo ante PPK que era el Ministro de Economía entonces. PPK después de escuchar los argumentos a favor y en contra, dijo finalmente: “¿dónde firmo?” y así nació el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles.
El Fondo se creó mediante un decreto de urgencia que tenía una temporalidad de 180 días y que se ha venido prorrogando sucesivamente desde entonces, pues el mecanismo demostró sus bondades rápidamente. Nadie - ni sus iniciales detractores - ha querido derogar el DU y poner fin al Fondo. Y es que a pesar de que el Fondo hace tiempo dejó de ser un mecanismo de estabilización para convertirse en un mecanismo de subvención, sigue siendo un instrumento sumamente valioso pues transparenta y cuantifica exactamente cuál es el monto del subsidio a los combustibles y eso, de por sí, es un elemento importante para el propio MEF.
¿Cómo era antes? Antes de la existencia del Fondo, los subsidios se canalizaban a través de la cuenta de resultados de Petroperú. Es decir, se obligaba a Petroperú a fijar los precios de los combustibles y a moverlos de acuerdo a los dictados del MEF (previa autorización de Palacio). ¿Cuántas veces habré yo asistido a la salita del tercer piso del MEF donde nos reuníamos con Fernando Zavala (y luego con Javier Abugattás), con el presidente de Petroperú de turno y con el Gerente General de Repsol a definir los precios de los combustibles? Al final, nadie sabía a ciencia cierta cuál era el monto del subsidio en este mecanismo tan poco transparente y discrecional de fijar precios de los combustibles.
El Fondo ordenó mucho el caos existente en el mercado, obligando a Osinergmin a publicar cada semana los precios de paridad de importación y exportación para cada combustible y en base a eso, se fijarían públicamente las bandas y los factores de aportación o compensación que se tenía con las refinerías e importadores, mientras el manejo operativo del Fondo se encargó al Citibank en un proceso de selección abierto y público.
Hoy en día, los problemas en Medio Oriente, la demanda de los países en desarrollo y la política monetaria excesivamente laxa de la Reserva Federal, todos apuntan en una sola dirección: al alza del petróleo. ¿Se imaginan que pasaría si el barril se fuera del nivel actual de US$ 100 a US$ 200? ¿Cuál sería el impacto para el Perú?
· Impacto sobre la Balanza Comercial.- El Perú tiene un déficit de crudo y derivados del orden de 14 millones de barriles por año. En el 2009, el déficit comercial de hidrocarburos fue de US$ 1,015 millones y eso que el precio del petróleo era sólo US$ 62/bl. Si el precio trepara a US$ 200/bl, el déficit comercial de hidrocarburos sería – ceteris paribus – US$ 3,300 millones. Gracias a Dios que existe el proyecto de exportación de gas, con lo cual – asumiendo que se mantiene el precio relativo gas/crudo actual de 25 a 1 – las exportaciones de LNG podrían representar US$ 1,500 millones por año, compensando parcialmente esta balanza comercial negativa.
· Impacto sobre costos de generación eléctrica.- Actualmente, la generación eléctrica tiene un 60% de componente hidroeléctrico, 30% con gas natural (gracias Camisea!!), 4% con diesel y residual y 3% con carbón. Como el gas de Camisea para generación eléctrica está fijado contractualmente y se ha aislado del precio internacional, el sector eléctrico casi no sentirá el impacto sobre el costo medio de generación, pero sí sobre el costo marginal pues la generación con diesel y residual es la última que despacha y marca el costo marginal del sistema que se utiliza para fijar las tarifas del mercado regulado y para las transacciones del mercado spot. Lamentablemente, me es imposible simular el impacto sobre las tarifas porque se requiere un sofisticado software que simula la operación del sistema. Pero una duplicación en el precio del petróleo llevaría el costo marginal a niveles nunca antes vistos, afectando las tarifas eléctricas de manera sensible. Y si ello coincide con un año seco o de poca lluvia, ahí sí el impacto tarifario podría ser sustancial.
· Gasto de las familias.- Las familias de bajos recursos gastan una porción importante de sus ingresos en alimentos, transporte y electricidad (+60% de acuerdo a la información del INEI). Si el impacto de un crudo a US$ 200/bl se traslada íntegramente a los precios de los combustibles y la electricidad, el efecto derivado sobre los precios del transporte y los alimentos podría ser terrible para los deciles de ingreso más bajos.
· Impacto sobre el GLP.- El balón de gas se iría de su precio actual de S/.35 a por lo menos S/.75. A menos - por supuesto - que el GLP sea masivamente subsidiado a través del Fondo.
· Fondo de Estabilización.- En el año 2007 (con el crudo a US$ 72/bl en promedio) el Fondo acumuló deudas del Tesoro con las refinerías e importadores por S/. 820 millones. En el año 2008 (con el crudo a US$ 100/bl en promedio) el Fondo acumuló una deuda del orden de S/. 1,264 millones. Si asumimos que el consumo es inelástico en el corto plazo y manteniendo el mismo nivel de traslado de precios al consumidor final como se tuvo en esos años, un petróleo a US$ 200/bl en promedio generaría un forado para el fisco del orden de los S/. 2,400 millones, esto es, más de 0.6% del PBI.
En suma, la reciente medida de suspender la actualización de bandas del FEPC es una medida que demuestra el pánico que despierta el incremento de precios de los combustibles en las autoridades. Así como el año pasado se obligó a dar marcha atrás a Petroperú con el incremento de precios que había dispuesto, queda claro que los precios de los combustibles se siguen fijando – como siempre ha sido – con participación de las más altas esferas del Ejecutivo. Seamos francos, siempre se ha subsidiado el combustible en el Perú y no creo que esto cambie en el futuro. El Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles es un mecanismo mucho más transparente y predecible de manejar los subsidios que lo que existía antes. Pero la pregunta clave es: ¿está el Perú preparado para asumir los costos que implicaría mantener relativamente estables los precios internos frente a un escenario de un crudo a US$ 200 el barril? Intuyo que no.